4 de abril de 2009

Divina crueldad.





Aquí sigo haciéndome la culta con mi visita al Prado... y no puedo dejar de comentar la exposición de Francis Bacon. Me impresionó especialmente por su ilimitada expresividad y su sangrienta crueldad; y la manera de tratar temas como la crucifixión, totalmente alejada a la religión. En sus pinturas puedes ver animales descuartizados colgando o bocas con vida propia gritando auxilio que pareciera que quisieran salir del cuadro. En fin, todo un descubrimiento no recomendable para religiosos practicantes, ni corazones sensibles a la agresividad visual. A mi me encanto, algo que me hizo reflexionar... Por unos instantes, me logro transportar a su mundo y creí comprenderle. Todo un artista que merece mi admiración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Puro expresionismo. Bacon es totalmente catártico, lo era consigo mismo cuando pintaba, y lo sigue siendo con el resto del mundo cuando se exponen sus obras. Indiferente no te deja, está claro. A mí me ha costado algunos años que me "guste".

Tu blog se está elevando a otra estratosfera cultural, baby! ;)
Besitos!